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FORO 03. M03. FEMINISMOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ
Natividad actualizado hace 1 year, 6 meses 26 Miembros · 34 Entradas
Djamila Ribeiros afirma que todo el mundo tiene su propio lugar de enunciación, el cual es necesario gestionar con crítica, responsabilidad y respeto. Es una reflexión para que pensemos como hay quienes han podido hablar en su nombre y en el de los demás, mientras otros/otras se han visto obligados a escuchar.
Te invitamos a contar, exponer tu lugar de enunciación, aquel con el que te has acercado a este curso on line. Tienes hasta 500 palabras para ello.
Existe un documento editado por fundación triangulo, que analiza y explica el termini “minorías invisibles”, Su proceso, su desarrollo y como son utilizadas por la mayoría dominante para ser aún más estigmatizar as y provocar el rechazo de las personas situadas en una posición androcentrista, que perpetua su poder y silencia a estas minorías. Me recuerda mucho a este concepto, por que expone al resto de la sociedad, la existencia de minorías invisibles, sin “lugares de enunciación o de manifestación. Al no poder expresarse, desarrollarse debido al patriarcado imperante, son minimizadas, señaladas y marcadas con una serie de prejuicios y estigmas, que no son cuestionados por la mayoría. Por ejemplo: todos los gays son promiscuos, son seropositivos y una amenaza para las y los menores..Algo así sucedió durante la época nazi con las personas judías a las que se considero “impuras”, inferiores, prescindibles… 😢. Es muy fácil y más sencillo para el resto de la sociedad no emplear energías en plantearse que pudieran estar equivocados, mirando hacia “otro lado”.
Toda persona, si basamos nuestro constructo social, vital, nuestro ideario, si de verdad está basado en la diversidad y la igualdad (Esperanzas ambas de una vida y una convivencia pacíficas), tiene derecho a ser escuchada. La sociedad de la información en qué vivimos, las redes sociales, podrían suponer una esperanza, un santuario de expresión y libertad para aquellas personas carentes de voz, así como las redes de mujeres (y ojalá de hombres, cada vez más), que gracias al soporte, sabiduría, guía y conocimiento de las mujeres, han conseguido que nos planteemos nuestra educación, que pongamos en cuarentena nuestros privilegios, y que superemos el temor a la igualdad y la justicia.
Hola Roberto, apenas puedo saludarte, aunque ya te he leído en los foros anteriores. Inicias de forma muy potente este espacio, sin embargo, te invito a que digas tú, ¿desde dónde hablas? ¿Cuál es tú lugar de enunciación que te permite incluso arrancar este foro con este planteamiento?
La tablet me ha jugado una mala pasada y ha cortado todo el mensaje.
En esencia, mi lugar de enunciación es un ámbito laboral, de relaciones sociales y familiares, donde se cuestiona el esfuerzo por abrir mis ojos a otra perspectiva menos “limítante” y esclavizante, donde poder expresar mi tristeza, donde poder exaltar la belleza y reconocer mi propia vulnerabilidad y, sobre todo, desmontar un discurso que nos ha sido grabado a fuego a los hombres y que empobrece nuestra vida. Un espacio, donde sólo el hecho de incluir la transversalidad de género y el lenguaje inclusivo en los proyectos sociales, con lo fácil que resulta, es una odisea, donde los planes de igualdad empresariales son un mero trámite y otro documento más. Desde que me he permitido abrirme a las mujeres, tratar de entender la situación y de respetar sus necesidades, me ha sorprendido gratamente que han comenzado a formar parte de mi vida, más mujeres que hombres, y que no han dudado un momento en compartir conmigo su sabiduría, en ofrecerme apoyo emocional, análisis basado en la lógica de situaciones que me preocupaban, e incluso conversar libremente sobre afecto, sexo, etc. En otros foros, al hablar de las limitaciones y esclavitud es de hombres y mujeres, parece que hablo en un idioma ininteligible… Sin duda, en todo este proceso, la dificultad con la que lidiar a diario, soy yo mismo, que en muchas situaciones he tenido que pararme a reflexionar y modular mis propios pensamientos y constructos, … Ya que seguramente este condicionado por una educación y un “lavado de cerebro patriarcal, que no me hace feliz.
Buenos días, Adriana:.
Mi lugar de enunciación, es un espacio de cambio y reflexión, gracias sobre todo a las mujeres que voy teniendo la suerte de conocer en esta etapa de
Mi lugar de enunciación es en primer lugar el de un hombre que ha crecido en un país desarrollado y en una familia de clase trabajadora, además podría añadir que cuento con estudios universitarios lo cual creo que es importante de cara a esta reflexión. Cuando echó la mirada hacía atrás creo que en pocos momentos no he podido expresar mis pensamientos, mis ideas o mis creencias por lo que me considero una persona privilegiada, ya que de igual forma en más de una ocasión he podido observar como algunas personas eran privadas de ese mismo derecho que por ley tienen (viene recogido en la constitución de 1978) pero en la practica no se aplica. Por otro lado, creo que el lugar de enunciación se debe observar desde un prisma multicausal puesto que, por ejemplo a ojos de la sociedad una persona negra pero con mucho dinero causa una impresión diferente al os inmigrantes que vienen en patera. Esto puede hacernos reflexionar mucho sobre esta dinámica y el peso o la influencia que pueden tener unas variables sobre las otras (en el ejemplo anterior primaba lo económico sobre lo racial).
Buenos días,
Creo que mi lugar de enunciación, del que parto y desde el cual hablo a través de este curso online es el de mujer, blanca y europea, joven, digamos normativa, disidente en lo que se refiere a sexualidad (orientación sexual e intentando construir relaciones no heteropatriarcales) con estudios y formación (pero no universitarios), de pensamientos de izquierda (feminismo marxista), con trabajo (aunque no fijo), y proveniente del entorno rural y de una familia numerosa y de clase trabajadora.
Siendo consciente del privilegio de ser blanca y europea, pero también consciente de lo limitante que puede ser haber crecido en el mundo rural o incluso en Extremadura, una de las comunidades más abandonadas y empobrecidas de España. Y siendo sobre todo consciente de mi clase económica y social (no pudiendo disfrutar de algunos recursos privados, ni de viajar, del ocio o de la formación académica que a mí me hubiese gustado). La cuestión de la edad, por mucha facilidad que suponga el encontrar empleo respecto a mujeres de más edad, también supone vivir experiencias paternalistas en este ámbito. El no tener estudios universitarios también me deja en desventaja para encontrar trabajo estable y no precario. Y como mujer feminista y bisexual, que no quiere vivir relaciones limitantes, vivo también ese estigma.
No sé si realmente mi respuesta se ajusta a lo que pedís 😅
Buenas, en primer lugar considero que algunos aspectos personales tales como sexualidad, religión o circunstancias personales no describen el lugar de enunciación de una persona, ese sería el mayor error de la sociedad si nos clasificamos nosotros mismos. Dicho esto, consideró que mi propio lugar de enunciación se podría resumir en persona libre con voz y voto, atendiendo eso si, a las circunstancias sociales, culturales, económicas, políticas, etc que se viven en este preciso momento. Considerar el conjunto, no el individuo en sí, ya que vivimos en sociedad.
Mi lugar de enunciación es un país desarrollado, capitalista y desigual. Soy blanca y pertenezco a la clase media. Tengo estudios y he conocido personas de todas las clases sociales. He sido valorada pero discriminada a la vez por ser mujer joven. He tenido que oír y callar muchas veces, aunque también se me ha permitido hablar. Con todo ello, pienso que las personas de clase más baja o personas de otro país se ven mucho más limitadas que yo en la vida en la que vivimos. Con la inquietud de no participar en ello e intentar contribuir, aunque sea un poco, a que cambien las cosas, me dedico al ámbito social y al de la enseñanza. Qué todas las personas tengan voz, se respeten sus derechos y se les mire con las gafas de la igualdad es mi deseo.
Buenas tardes, mirando el lugar de enunciación como el lugar social que ocupamos y no un lugar individual, mi propio lugar de enunciación es el de mujer, blanca, con estudios universitarios y de clase media, residente en una de las regiones más “pobres” de un país “desarrollado” europeo. Siendo consciente de que generalmente la voz que escucho es la de mujeres blancas europeas, intento ampliar mi visión teniendo conocimiento de otras realidades a través de otras voces.
Mi lugar de enunciación es el de una mujer blanca, paya, cis, joven, nacida y crecida en España, con estabilidad económica y familiar, bisexual, sin diversidad funcional, que se ajusta a la norma estética heteronormada, con estudios universitarios y con posibilidad de viajar y vivir en otros países por libre decisión.
Ganar consciencia acerca de mis privilegios ha sido y está siendo todo un trabajo, un aprendizaje constante. Todavía me descubro creyéndome con la potestad de hablar por otres o sintiéndome superior por mi posicionamiento político, mis experiencias, mis decisiones de vida, etc. Entiendo que es un proceso que no acaba nunca, y sólo intento reducir todo lo posible la opresión que ejerzo mientras voy aprendiendo y desandando el camino marcado.
Roberto gracias por tú entusiasmo, te confieso que me queda faltando en tú reflexión. Tú relato habla de ti en tanto los otros y otras y sería muy interesante que volvieras a empezar esa reflexión en un párrafo, partiendo de tú lugar como hombre, en un sistema patriarcal, lo que de entrada te privilegia. Creo que ese inicio te permitiría habla partiendo de ti. Creo que Djamila también te ayudará. Saludos.
Muy interesante como Víctor ubica su lugar de privilegio, en el transcurrir discursivo, será muy interesante saber, ese lugar de privilegio, hombre, con acceso a educación universitaria, entre otros elementos que has planteado, influye en tú mirada sobre “los otros y otras” sobre la otredad, mujer, hombre pobre, hombre rico negro, etc..
Buenas tardes mi lugar de enunciación depende del momento vivido, me explico, mientras he estado trabajando, he sentido la desigualdad salarial, trabajando con compañeros hombres y haciendo la misma función o incluso con mayor responsabilidad la mía, cobraba menos que ellos. En mi caso soy mujer blanca, nacida en un país desarrollado que supuestamente, cada día lucha contra la desigualdad. Cuando por causas personales, he tenido que dejar de trabajar, me he formado como educadora social, a través de practicas y desarrollo de voluntariado he visto la desigualdad, la discriminación, la falta de empatía, entre otras, lo que me empuja a seguir luchando, en la medida que pueda a luchar contra todos estos estigmas. Además soy madre de dos niñas, a las cuales hemos intentado educar en la igualdad, pero que son conscientes de que en la sociedad actual hay muchas cosas que trabajar para cambiar.
Granada tú respuesta se ajusta con precisión a lo que propusimos para esta reflexión. Muy interesante tú lugar de enunciación y creo que teniendo tan claro ese lugar, desde el que hablas y te acercas a este curso, será muy interesante que interrogues, si “ese lugar de privilegio” te excluye de luchas que no te han pasado por el cuerpo o de que forma ese lugar de enunciación, te permite acercarte a ellas.
Ana Garrido, muchas gracias por plantear la reflexión que propones, en todo caso diré para interpelarte, que la ubicación desde un lugar de enunciación, para nada pretende ser clasificatoria, muy por el contrario, no clasifica nada, pues reconoce este punto de partida, como dice Djamila en el segundo capitulo que les propuse para la lectura, que todas las personas tenemos un lugar de enunciación distinto y eso permea nuestras reflexiones, nuestros abordajes. Pues si me acojo a lo que planteas yo también soy una persona libre con voz y voto, ¿eso traduce que nuestros abordajes sobre el desarrollo parten del mismo lugar, Tú nacida en Europa y yo nacida en un barrio popular o una comuna de Medellín? ¿Eso quiere decir que yo puedo hablar de la pobreza y tú no?