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FORO 02. M02. PROCESOS MIGRATORIOS
upepasensio@hotmail.com actualizado hace 11 meses, 2 semanas 37 Miembros · 40 Entradas
La crisis de los cuidados es un factor que lleva años lastrando el desarrollo personal de las mujeres en la mayoría de culturas hegemónicas. En España, gran parte de la sociedad ha aceptado que son las mujeres quienes deben cuidar de los hijos/as, de los enfermos/as y de las personas mayores, como si fuera una obligación adherida a su condición. Por suerte, esta realidad cada día se va quedando un poco más atrás, pero sigue siendo un problema que está ahí. En el caso de la mujer migrante, este problema se agrava aún más, ya que además de estos problemas derivados de la repartición desigual de los cuidados, sufre discriminación institucional, a través de la Ley de Extranjería y de la falta de mecanismos de homologación académica de estudios; estos factores arrastran a la mujer migrante a un mercado laboral precario en condiciones económicas y derechos laborales. Este mercado laboral se reduce en muchos casos a labores del hogar, ya sea como limpiadora, niñera, cuidado de personas mayores o, incluso, todo junto a jornada completa, sin horario laboral, sin días festivos, conviviendo en una casa que no es tuya pero de la que te ocupas de todas las tareas sacrificando tu propio hogar…
Existen multitud de estos casos y en muchos no hay si quiera un contrato de por medio, trabajan sin cotizar, sin estar aseguradas, llegando muchas a sufrir además todo tipo de abusos, a parte de los ya nombrados.
Partiendo de que una sociedad justa debería tener un reparto equitativo de las tareas y los cuidados, la precariedad laboral que engloba este sector y en el que se ha aceptado la figura de la mujer migrante como la “trabajadora ideal” para prescindir de contratos, seguridad social, horarios y sueldos justos, es un hecho preocupante y sobre el que se debe incidir.
La mujer migrante es la encargada de los cuidados de las familias españolas, a la vez que se ocupa de los cuidados de su propio hogar. Si a esto le sumamos el añadido de ser madre soltera, tenemos todos los factores necesarios para tener a una persona esclavizada al servicio de los demás, sin posibilidad a penas de mejora y desarrollo personal y/o profesional, sin ayudas institucionales y con todos los problemas que supone a nivel psicológico aceptar y aguantar esta situación en un país en el que, sin ser uno de los peores dentro del marco internacional, seguimos manteniendo actitudes racistas.
Para terminar, recalcar las numerosas dificultades que ha traído la pandemia de la Covid-19 para las mujeres migrantes, quienes han sufrido más la falta de medios sanitarios para su trabajo, han sido despedidas sin más o han perdido la posibilidad de poder ir a trabajar, no han tenido opción de ERTE, etc…
Estamos muy lejos del empoderamiento de la mujer migrante.
Considero que el impacto es negativo en la vida de las mujeres.
Las mujeres en las cadenas globales de cuidados son sencillamente y lamentablemente: mujeres explotando otras mujeres ante la ausencia de políticas estatales que aseguren – para todas – políticas de cuidado dignas para quienes lo ejercen y justas para quienes las demandan.
De hecho, carcome la autoestima de las mujeres en general – en especial de las que lo ejercen – por lo que el empoderamiento es limitado, y no digamos la autonomía económica cuando ejercen trabajos en condiciones de explotación, sin derechos, precarizados y que además, durante la pandemia, se agudizaron para todas desde las dos vías.
Recuerdo cuando estábamos en el confinamiento que hablamos mucho de poner la vida en el centro, pero una vez que regresamos a la ‘nueva normalidad’ este discurso se ausento, y menos caló en políticas públicas que transformaran el modelo actual que desde los Estados se limitó a definir políticas paliativas que no han sido sostenibles en el tiempo.
Las consecuencias directas e indirectas hacia las mujeres migrantes y racializadas, colectivo mayoritario que trabaja en los cuidados de hogar y personas dependientes durante y después de la crisis por la Covid19, se está visibilizando cada vez más gracias a la lucha incansable que últimamente están consiguiendo visibilizar y de la cual se están empezando a ver frutos, como la sentencia ganada por ellas mismas ante el tribunal europeo, quien reconoció que estaban siendo discriminadas al no recibir la prestación por desempleo (hablamos de unas 400.000 en el estado español).
Me gustaría compartir este vídeo realizado por @pnitas en Instagram que habla de la situación y problemáticas diversas que han vivido y sufrido en estos dos últimos años el colectivo de mujeres que han hecho frente a la llamada ‘Crisis de los cuidados’. El debate sobre el empoderamiento es infinito en cuestiones y en puntos de vista.
¿Cómo crees que impacta la llamada crisis de los cuidados al empoderamiento de las
mujeres? ¿Contribuye a una mayor o menor autonomía de las mujeres?¿cómo crees que impacta la llamada crisis de los cuidados al empoderamiento de las mujeres? ¿Contribuye a una mayor o menor autonomía de las mujeres?La igualdad de género no solo es un derecho fundamental, sino que es uno de los fundamentos esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. Y ciertamente hemos avanzado en las últimas décadas bastante en muchos temas (leyes que fomentan la igualdad, dan respuesta a distintos tipos de violencias, etc), pero otros muchos siguen estando vírgenes (leyes y normas sociales discriminatorias generalizadas, infrarrepresentación de la mujer en diversos aspectos de la vida política, social, cultura., deportiva, económica etc, aumento de agresiones, violencias…), entre ellos están también los cuidados.
Ha tenido que llegar una tragedia como ha sido y sigue siendo la pandemia del Covid-19, para volver a visibilizar que se notan escasos logros en materia de igualdad de género de la mujer, ha sido evidente que se ha agravado la desigualdad que ya existía a nivel mundial, de salud, económica, de seguridad, protección y cuidados en el entorno familiar.
El cierre de las escuelas, la ayuda en hospitales, residencias de ancianos, los trabajos informales e inseguros, centros de todo tipo, asociaciones, y la violencia de género a la que se vieron sometidas por sus abusadores durante su encierro, ha puesto sobre la mesa la carga extra que mayoritariamente sigue sufriendo la mujer, carga que no te permite ni empoderarte, y que encima te expone aún más a caer en la pobreza.
Interesantes videos y aportaciones de lxs compis!
Saludos!!!
Siempre hemos interiorizado que las mujeres somos las que tenemos que dedicarnos al cuidado de las personas ya sean hijos o familiares. Esta dedicación en algunas ocasiones está remunerada y en otras no ya que son las que tienen la obligación de dedicar su tiempo al cuidado de otras personas. Además, se debe resaltar que en la incorporación de la mujer al mercado laboral se les ha dejado la tarea de realizar los trabajos que se centran en el cuidado y atención a otras personas.
Desde mi punto de vista, pienso que la crisis del cuidado en vez de empoderar a la mujer lo que ha conllevado cierta desigualdad ya que muchas veces tiene que dejar de atender a sus propios hijos o familiares para dedicarse a atender a otras personas. Destacando, también, que en muchas ocasiones son las mujeres de una clase social más baja la que se dedican a “cuidar” las familias de clase media y alta. Y en muchas ocasiones estas labores se realizan con mujeres a las cuales no se les da de alta.
Por último, decir que para que haya una mayor autonomía de las mujeres se debe dotar de una mayor protección para que los trabajos relacionados con el cuidado tengan todas las garantías posibles. La autonomía de las mujeres solo se puede conseguir si hay una protección para que no se produzcan hechos que generen desigualdades.
¡Buenos días!
Gracias por todas las aportaciones. Es sin duda un tema que lleva a la reflexión. Como bien habéis comentado, ¿puede darse el empoderamiento de una mujer menoscabando los derechos de otra? Para que muchas mujeres de clase media-alta puedan tener acceso a un mercado laboral en mejores condiciones, alguien tiene que dedicarse a los cuidados, que por rol de género, le han “sido asignados”, y quienes, en la mayoría de los casos ocupan esos trabajos de cuidados son mujeres migrantes, con condiciones laborales precarias aceptadas por la necesidad económica. Por lo tanto, mientras no se democraticen los cuidados, hablar de empoderamiento suena utópico.
Las mujeres generalmente en el mundo debemos afrontar la tarea de cuidados, que se nos impone de determinadas formas. Además, supone un trabajo que rara vez es reconocido y relentiza el empoderamiento de las mujeres y su autonomía.
Además, no se debe dejar de lado, que las mujeres que trabajan, muchas de ellas, inmigrantes o no inmigrantes se dedican al área de los cuidados. Lastimosamente, esta tarea nunca suele ser compartida entre la mujer y el hombre.
Por otra parte, se ha de destacar que muchas de las mujeres que contratan las familias en occidente para que se ocupen de las tareas de los cuidados suelen ser inmigrantes, que dejan de “atender” a su familia para “atender” otra, o duplicándose la tarea de las mujeres, pues les recae el peso de ambos trabajos
Irene Andrade Gómez
Muchas gracias por vuestras aportaciones y los vídeos que habéis compartido porque ayudan a reflexionar en esta materia.
Las tareas de cuidado son esenciales para que la vida continúe y tradicionalmente las mujeres han sido las encargadas de estas tareas. Como señala el artículo de Amaia Pérez Orozco, la incorporación de las mujeres al mercado laboral unido al envejecimiento de la población ha supuesto una crisis de cuidados y la resolución de esta crisis en países como España “ha pasado por la externalización y/o mercantilización de gran parte del trabajo que antes se hacía gratuitamente por las mujeres en los hogares”. El artículo señala, además, que estos trabajos lo están asumiendo mujeres migrantes, internacionalizándose así el trabajo en el sector de cuidados. Eso supone que esas mujeres migrantes dejen sus hogares para cuidar otros, generando un vacío de cuidados en sus hogares propios o bien esos cuidados son asumidos por otras mujeres de la familia. Como los vínculos con el hogar de origen se mantienen, se conforman lo que se define como “cadenas globales de cuidados”.
El impacto para estas mujeres migrantes que asumen las tareas de cuidado no es tan positivo porque las condiciones laborales no les permiten enviar grandes remesas y, además, porque se produce una desestructuración familiar debido a su ausencia. Asimismo, y como muy bien se recoge en el material audiovisual que han compartido algunas compañeras en este foro, existe precariedad en estos empleos, el marco legislativo no les permite tener vida propia, la ley de extranjería se traduce en 3 años de economía sumergida y la sociedad mira para otro lado. Todo ello las convierte en personas vulnerables, más que en mujeres empoderadas.
Por tanto, coincido en que la solución pasa por democratizar los cuidados y un mayor compromiso público y comunitario. Considero necesaria la mejora de las políticas públicas para atender los cuidados y la mejora de las condiciones laborales de las mujeres migrantes que trabajan como empleadas del hogar.
Buenas tardes!!,
Considero que toda crisis debe ser aprovechada como mecanismo vehicular que permita introducir mejoras al sistema social imperante, por cuanto que las crisis se generan porque hay elementos de disfuncionalidad que nos alertan de que algo no funciona bien a nivel social como así sucede con el tema que venimos tratando en torno a la crisis de los cuidados en detrimento del empoderamiento de las mujeres. La multidimendisionalidad del fenómeno de la crisis de los cuidados, es una cuestión que se torna complicada en su abordaje cuando a la ya de por si complicada realidad social y legislativa de cada país encaminada a garantizar los derechos de las mujeres, – sobre este particular pensemos en las mejoras introducidas en materia de conciliación familiar y laboral-, han de sumarse las de otra índole que además requieren de la coordinación e implicación de diferentes países con un trayectoria social, legislativa y política tan dispar como así sucede en la gestión de flujos migratorios y control de la migración que requieren del desarrollo de estrategias normativas y herramientas comunes frutos del consenso.
A mi entender, el planteamiento realizado anteriormente nos permitiría hablar de un empoderamiento de la mujer desigual condicionado en ocasiones a su lugar de pertenencia, nivel cultural personal y familiar, poder adquisitivo, nivel formativo y clase social.
Así pues, aunque estos factores en última instancia mencionados no son totalmente determinantes para hacer posible una mayor o menor autonomía de las mujeres, si que posibilitan y contribuyen a dicha autonomía, por cuanto que las reflexiones que entre nosotros/as venimos realizando en torno a este cuestión, quizás no sean objeto de estudio en países del norte África donde la mujer no ha alcanzado el debido reconocimiento al nivel de dedicación y el esfuerzo que vienen empleando en la realización de numerosas las tareas domésticas como es la que además atañe al acarreo de agua.
Os dejo un link.
Saludos
Coincido en muchas compañeras y compañeros en que la responsabilidad del hogar y de la familia en pleno siglo XXI sigue recayendo sobre la mujer. La educación que se sigue recibiendo directa o indirectamente nos implica en esa responsabilidad de la que poco a poco vamos haciendo como una parte cotidiana de la vida sin darnos cuenta de que estamos haciendo por educación machista no igualitaria y por tanto menos repartida.
El feminismo y el empoderamiento femenino ha hecho que nos revelemos para poder hacer un reparto equilibrado en todos los ámbitos personales, el hogar, los cuidados, etc.
Además, que el tema de la independencia a la mujer se le ha preparado para ser capaz de llevar una casa y cuidar al resto en su futura independencia, lo que supone que con el feminismo estas mujeres revolucionarias se vean obligadas a hacerse cargo de “enseñar” a esos hombres que no han recibido una educación basada en la conciliación y el equilibrio en el ámbito familiar y del hogar.
En mi opinión, si entendemos “crisis de cuidados” como una oportunidad para remplantearnos la obligatoriedad de la corresponsabilidad de los cuidados por parte de ambos sexos, puede ser que impacte positivamente en el empoderamiento de las mujeres. Ahora bien, si seguimos como hasta ahora, que la autonomía de la mujer se hace a costa de que recaiga el peso de los cuidados en otra mujer, ya sea familiar (trabajo sin remunerar) o de una persona en una posición inferior en la escala social (inmigrantes, inmigrantes sin papeles..) que a su vez hace que recaiga el peso de “sus cuidados” sobre otra mujer, pues ese empoderamiento al final sólo se puede considerar empoderamiento positivo de manera selectiva.
Hola compis,
muy interesante todas vuestras aportaciones. Primero ofrecer una disculpa por no haber participado antes en el módculo.
La temática de este módulo es además de interesante, preocupante. Lo hemos visto con las últimas decisiones del gobierno de España respecto a Marruecos y el Sahara. Me ha parecido interesante uno de los párrafos del texto de Beatriz Pérez Blanco en cuanto a la preocupación de las organizaciones sobre la voluntad de la Unión de pasar por alto los malos antecedentes de sus socios en materia de derechos humanos, siendo el texto de 2019, vemos cómo siguen repitiendose estos patrones, mostrándonos cómo los derechos de unas personas valen más que otras.
En cuanto a la cuestión planteada, es indudable que sin los ciudados se para el mundo, pues como han dicho las compañeras, es el “pez que se muerde la cola”, mujeres de países en desarrollo viajan para dedicarse a los ciudados y mandar remesas a sus familaires (de los que cuidan económicamente) para que mujeres de Occidente puedan desarrollarse laboralmente. El problema es la no profesionalización del sistema de cuidados y la trasgresión de los derechos laborales de las mujeres que se dedican a este sector. Además, esta crisis, ha sido una de las causas por las que se han empezado a tener en cuenta a las mujeres en la historia de las migraciones, pues es una de las principales causas de movilidad.
Buenos días,
Partiendo de que el empoderamiento de las mujeres sin su aspecto colectivo no es empoderamiento, vemos que en realidad a lo que actualmente se le llama empoderante es a capacidades o acciones individuales de una minoría de mujeres (las privilegiadas, las ricas, las que poseen los suficientes recursos y medios de producción, las que tienen el poder de decidir sobre la vida del resto, las que tienen el poder de explotar).
La crisis de cuidados, causada radicalmente por el capitalismo, impacta directamente sobre las mujeres, las somete y explota en beneficio de unas pocas, y en relación a esto “No <em style=”font-family: inherit; font-size: inherit;”>tenemos ningún interés en romper el techo de cristal si la gran mayoría de las mujeres siguen limpiando los trozos rotos“ como añaden en el libro Manifiesto de un feminismo para el 99% (comparto un artículo sobre él: https://ctxt.es/es/20190220/Firmas/24478/Cinzia-Arruzza-Tithi-Bhattacharya-Nancy-Fraser-Manifiesto-de-un-feminismo-para-el-99.htm )
Parece que la sociedad ha relegado a la mujer el papel de cuidar a familiares u otras personas de manera remunerada cuando se hace fuera de casa. Además, resulta que con la incorporación de la mujer al mercado laboral se les ha relegado, aún más, a las labores que se centran en la atención y cuidados de otras personas.
Por otro lado, atendiendo la crisis del cuidado en vez de empoderar a la mujer lo que ha generado son situaciones de mayor desigualdad. Esta mayor desigualdad se produce debido a que estas mujeres atienden doblemente: fuera de casa (y en ocasiones sin estar dadas de altas) y en su propia casa. Este hecho acentúa más la diferencia de una mujer de una clase y otra.
Para finalizar, hay que buscar la protección de las mujeres que se dedican al cuidado y atención de las personas para que no sigan produciéndose hechos que generen desigualdades. El empoderamiento y la autonomía de la mujer solo se logran dotando de mayor protección y vigilancia a estas labores.
Buenas tardes,
En primer lugar decir que me ha parecido muy enriquecedor las reflexiones de los compañeros sobre este tema. Comparto con ellos totalmente el perfil que sigue manteniendo la mujer.
Después de leer los textos, mi opinión con respecto a este tema es que la crisis de los ciudadanos no contribuye en el empoderamiento de las mujeres o en cualquier caso hace ser beneficiarias a mujeres de cierto nivel o clase social.
Las oportunidades que se ofrecen a las mujeres con bajo nivel educativo o bajo nivel económico o social siempre son las mismas, trabajos precarios de muchas horas relacionados principalmente con este perfil de cuidadoras que no termina de cambiar, además de la falta de control o regularización de este tipo de trabajos, lo que supone, falta de cotizaciones, dependencia de prestaciones sociales… No podemos hablar de empoderamiento por el simple hecho de haber conseguido avanzar un poco con respecto a la migración de la mujer.