Inicio › Forums › FEMINISMOS para la CONSTRUCCIÓN de PAZ y la defensa de los DERECHOS HUMANOS en un contexto POST-COVID › FORO 02. M02. FEMINISMOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ
FORO 02. M02. FEMINISMOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ
María Dolores Vital Silva actualizado hace 1 year 28 Miembros · 58 Entradas
Rodríguez (2015) plantea que “la economía feminista contribuye conceptual y metodológicamente a visibilizar el rol de este trabajo de cuidado en el funcionamiento de la economía” (p. 37).
Amplía y explica esa afirmación. Tiene máximo 250 palabras para hacerlo.
Pues creo que nunca había sido tan consciente de la cantidad de tiempo y dinero que se ahorra a los gobiernos con la atribución histórica del cuidado a la mujer, en detrimento, obviamente, de su propio desarrollo personal.
Se menciona en el vídeo de Cristina Carrasco, la importancia que tiene que los hombres feministas, entiendan que ese rol de cuidado atribuido a las mujeres, es sólo eso, un estereotipo, pero tal vez sea más pernicioso cuando son las mujeres quiénes lo normalizan… Eterna reflexión…
Marta muy interesante tu afirmación sobre que “tal vez sea más pernicioso cuando son las mujeres quiénes lo normalizan”. Me gustaría que pensaras por qué responsabilizamos más a las mujeres de los estereotipos de género cuando tanto hombres como mujeres somos parte de la misma sociedad y compartimos los mismos mandatos culturales. Y, a pesar de ello, en todo caso, el feminismo es una teoría creada por mujeres y no por hombres.
Hola otra vez!! Estoy aprendiendo y disfrutando mucho leyendo todas vuestras aportaciones.
Atendiendo a tu propuesta, Luz Piedad, precisamente por eso terminaba la frase con (o no, eterna reflexión)
En cualquier caso y desde mi punto de vista (al que le falta mucha información y formación), es otro tipo más de machismo, ni más ni menos.
Pero sí creo que, como en cualquier lucha contra cualquier tipo de desigualdad, el colectivo directamente implicado, en este caso las mujeres, son quienes más conscientes deben ser del problema ya que son quienes sufren las consecuencias de manera directa. No quiero decir, por supuesto, que el machismo sea un problema de las mujeres, en absoluto, es un problema de la sociedad en general, pero que, insisto, creo que afecta más a las mujeres por sufrir de manera directa las consecuencias.
Gracias por tu respuesta 😃
Hola Marta, gracias a
ti por continuar con la línea argumentativa y con ampliar tus planteamientos.
El trabajo no remunerado de las mujeres sostiene el capitalismo ya que las personas asalariadas dependen de las no asalariadas para poder trabajar. Este trabajo es realizado principalmente por mujeres, ya que hay un estereotipo que indica que lo “natural” es que sean las mujeres quienes se dediquen al cuidado (de niños/as, personas dependientes, cuidado de la casa, etc.). La economía del cuidado se encuentra invisibilizada en el análisis económico profesional, por lo que es necesaria una economía feminista para no tener una mirada económica sesgada androcéntricamente. Como explica Cristina Carrasco, tenemos que ir hacia otra economía que tenga como eje central la vida de las personas, una visión diferente de la economía capitalista; aunque esta transición es larga y compleja.
En el vídeo de Silvia Federici sobre “Calibán y la Bruja”, Silvia señala la crisis existencial profunda en la que se encuentran sumergidas las mujeres, quienes para ser más autónomas buscan un trabajo y a su vez se ocupan de los cuidados del hogar; unificando así salario y la producción de lo común; quedando sin tiempo para ellas mismas.
Gracias María Inés por haber aceptado el ejercicio tal y como se propuso y poner en tus palabras los elementos centrales de la teoría económica feminista.
En mi opinión, hay muchas lecturas y muchas las consecuencias de la invisibilización del trabajo doméstico. Comenzando por la discriminación de quien se dedica a estas tareas, no sólo no remuneradas, sino que además en la actualidad son mal vistas y suponen considerar menos a quién se dedica a las tareas del cuidado del hogar. Mayoritariamente han sido las mujeres las víctimas de esta discriminación, pero cuando hay un hombre que decide dedicarse al cuidado del hogar, la burla de la sociedad es incluso mayor.
En segundo lugar, el efecto que tiene en la economía. Como decía una compañera, el trabajo no remunerado sostiene el capitalismo, y estoy de acuerdo, ya que en otras sociedades donde los modelos de economía rozan más el comunismo, el trabajo del hogar tiene mejor consideración. Y creo que si el trabajo relacionado con las tareas del hogar sumase de alguna manera parte al producto interior bruto de una nación, las economías sufrirían una mejora notoria.
Por último, añadir y recomendar el libro de Vandana Shiva: “¿quién alimenta realmente el mundo? “, donde hace una reflexión sobre los medios de producción, las causas del hambre y la agroecología desde una perspectiva feminista, ya que es la extrapolación de la forma de cuidados en el hogar (considerados hasta ahora femeninos) a las formas de producción de la economía.
Hola Irene, no estoy tan segura de que “en otras sociedades donde los modelos de economía rozan más el comunismo, el trabajo del hogar tiene mejor consideración”, me gustaría conocer tu fuente.
Por otra parte agradezco mucho que sugieras el libre de Vandana Shiva, y acá aporto con el índice del mismo:
Índice
Introducción
01. La agroecología es lo que alimenta al mundo, y no un paradigma de conocimiento basado en la violencia
02. Un suelo vivo es lo que alimenta al mundo… y no los fertilizantes químicos
03. Las abejas y las mariposas son lo que alimenta al mundo… y no los tóxicos y los pesticidas
04. La biodiversidad es lo que alimenta al mundo… y no los monocultivos tóxicos
05. Los pequeños agricultores son los que alimentan al mundo… y no las grandes explotaciones industrializadas
06. La libertad de las semillas es lo que alimenta al mundo… y no la dictadura de las semillas
07. La localización es lo que alimenta al mundo… y no la globalización
08. Las mujeres son quienes alimentan al mundo… y no las corporaciones
09. La ruta del progreso
Apéndices
Monocultivos de la Mente
La semilla y la tierra
La política de la alimentación, marcada por el género
Ciencia y política en la Revolución Verde
El diseño del hambre
La economía femenina muestra la desigualdad que se realiza sobre la economía del cuidado, esa desigualdad que atribuye al hombre el papel de “sustento económico en la familia”, mientras la mujer se ve doblegada al papel de cuidadora y reproductora de de vida. Rol impuesto por la sociedad a las mujeres aumentando aún más la discriminación en el mercado laboral.
Me gusta la reflexión que se saca y se cita en este módulo “los hombres deberían ser sensibles en este tema (cuidado y reproducción), aceptar la diversidad y aprender de los problemas para poder cambiar y transmitir ese cambio (a la sociedad), actuando de forma y pensamiento diferente para conseguir reorganizar los tiempos y trabajos de una manera equilibrada entre hombres y mujeres” imprescindible para que la discriminación y desigualdad desaparezca.
Hola Petri, sí a mi también me gusta esa cita, mientras no logremos esa “sensibilidad” en los hombres no lograremos que la desigualdad desaparezca. Las mujeres ya entramos al mundo productivo, pero los hombres se resisten a ingresar al mundo del cuidado. Por ello las mujeres tenemos dobles cargas de trabajo e, incluso, triples si hacemos ejercemos algún tipo de liderazgo político.
Buenos días compañeras
La economía feminista, a diferencia del análisis económico convencional (que teoriza desde una perspectiva capitalista y patriarcal), visibiliza el trabajo de cuidados no remunerado y reclama que los cuidados se pongan en el centro o sea que se valore social y económicamente la importancia de su función en el sistema, ya que son los cuidados los que sostienen la vida. La economía feminista vuelve público y político el hecho de que sean las mujeres las que ejercen este trabajo invisibilizado (es invisible precisamente porque es realizado por las mujeres) y ponen sobre la mesa cómo las relaciones de género imponen a las mujeres cargar con la responsabilidad de cuidar, apartándolas del trabajo productivo o de abocarlas a la doble jornada con lo que esto último conlleva: carga mental, falta de autocuidado, de ocio y tiempo libre para ellas mismas, trabajos pero pagados y temporales, no poder promocionar profesionalmente… visibilizando cómo la división sexual del trabajo crea precariedad y feminización de la pobreza; siempre desde lo colectivo y con conciencia de clase.
Me gusta mucho tu aporte Granada. Lograste resaltar los aspectos más relevantes.
Es sorprendente que a estas alturas para las instituciones públicas, la academia y afines, el trabajo doméstico no remunerado no existe y por ende, estas personas se encuentran imposibilitadas de cotizar en el seguro social o de acceder a cualquier beneficio de protección, como cualquier trabajador.
El trabajo no remunerado de las mujeres en casa equivale a muchísimas horas diarias, por lo que la mayoría de las veces quedan estancadas a este rol que les limita en su desarrollo persona y profesional.
La sociedad entera está en deuda con las millones de mujeres que diariamente ejecutan estas tareas, porque creen que es su responsabilidad añadida con el género.
Hola Gloria, en efecto uno de los grandes problemas de que no se reconozca el trabajo del cuidado como un trabajo es la exclusión de las personas, en su gran mayoría mujeres, del sistema de seguridad social. Esto es una condena a millones de mujeres a la dependencia de terceros y a la pobreza.
La economía feminista pone de manifiesto esos trabajos o tareas realizadas en el hogar relacionadas con el cuidado ya sea propio o de otras personas y que incluyen no solo las actividades dirigidas directamente a la supervivencia (alimentación, higiene…) sino la provisión de los requisitos necesarios para llevarlas a cabo además de la administración de los mismos que no son remunerados y son desempeñados, en la mayoría de los casos, por mujeres. Se trata de un indicador económico en tanto dota de recursos al propio sistema pero de una manera “altruista” sostenido, como no puede ser de otra manera, sobre unas relaciones desiguales que implican la explotación de una de las partes.
Gracias Lourdes, me parece que lo tienes muy claro; no obstante, me gustaría que revises a qué te refieres cuando dices que es “un indicador económico”. ¿Cuál es ese indicador?
Me ha parecido interesante el tema tratado en este módulo 2 porque no podemos olvidarnos del peso e importancia de la economía para vivir y sobrevivir y las repercusiones de la misma, tanto positivas como en sus aspectos negativos.
La economía también interfiere y modula las relacines sociales y económicas de género, etnia y clase, así como entre todos los partícipes del sistema económico-social y entre los países.
Hoy vivimos, en la mayoría de los países, en una economía de mercado o capitalista. Este sistema, en aras de la obtención del mayor lucro posible, atropella y explota hasta donde puede todos los recursos a su alcance para conseguir dicho objetivo. Entre esos recursos se encuentran los humanos y la tierra. Respecto a los recursos humanos, los propietarios del capital son, en general, hombres y mayoritariamente blancos. A partir de ahí, mujeres y los miembros de otras etnias no blancas son oprimidtos y sometidos. Se infravalora su aportación a la sociedad y a la economía, cuando no, directamente, se valora ni se tiene en cuenta. Otro tanto pasa con el medioambiente, cuya utilización va encaminada también a su máxima rentabilización económica, sin entrar a considerar su mantenimiento o conservación.
Por esta razón, es importante plantearse la mejora en la gestión de los recursos que nos ofrece el planeta y el respeto por su sostenimiento y cambiar las relaciones sociales y económicas entre las personas, cualquiera que sea su género, clase social, etnia o país, para que seas más igualitarias, equitativas y humanas. Debería implantarse un pensamiento colectivo y comunitario y descartar el pensamiento individualista y rentabilista del sistema capitalista y patriarcal.
Miranda, creo que recoges aspectos muy relevantes de lo que plantea el feminismo económico. Pero te invito a que aceptes la reflexión sugerida en el foro relacionada con los cuidados.
Sin el trabajo que las mujeres han realizado no remunerado el capitalismo no se podría haber creado ni construido. Es importante darle valor a la economía de los cuidados y visibilizar la importancia de las mujeres en la historia, pues la sociedad es dependiente de las mujeres. Con todo ello, ahora es el momento de que se visualice la labor hecha y que los hombres y las mujeres compartan responsabilidad equitativamente.
Gracias Irene, de manera clara y sucinta recuperas lo que pretenden visibilizar las feministas económicas con el concepto del cuidado.
Desde hace mucho rato he venido escuchando sobre el aporte que hace a la economía oficial el trabajo que las mujeres realizan en casa, que hasta hace unos años no se reconocía como trabajo, sino como un deber de la mujer, como una obligación de la mujer por su condición de ser mujer, dicho por los machistas “son las que tenemos la facultad innata de cuidar y llevar a cabo las tareas del hogar con mucha facilidad, natural” como si estas tareas no fuesen aprendidas, enseñadas, reproducidas de generación en generación y no entendía como es que este trabajo sostiene al capitalismo, ahora lo entiendo y valoro profundamente el trabajo de todas las mujeres que han sacrificado su tiempo de estudio, de trabajo remunerado, de desarrollo personal por realizar esos trabajos que demanda el hogar, sin ellas no sería posible que las personas que tienen trabajo remunerado y los/as ejecutivas salieran a generar dinero, plusvalía para las empresas, generación de riqueza y no solo eso sino reproducción social, mano de obra. Hay que seguir trabajando en conjunto no solo entre mujeres sino incidir, sensibilizar a más hombres que se unan a la lucha porque se incluya el trabajo del cuidado -que realizan en su mayoría mujeres- en las políticas públicas, que en las agendas de los gobiernos se traten estos temas; sin el trabajo de las mujeres en los hogares sería muy difícil el sostenimiento del capitalismo en el mundo, por ese aporte no reconocido a conveniencia por cuenta de los gobiernos, de los mismos beneficiados es justo que estas mujeres tengan participación de ese beneficio y yo si creo que debe ser económico, es lo que les permitiría tener independencia económica, resolver necesidades y seguramente mejorar su calidad de vida.
Hola Edilma, quiero compartir contigo que yo también, en su momento, logré entender eso de que el trabajo reproductivo (como se denominaba antes a los cuidados) sostenía el capitalismo leyendo a estas autoras y fue maravilloso.
Durante algunos años hemos escuchado de forma incesante algunos términos como techo de cristal, carga mental, equiparación salarial o trabajo no remunerado. Dichos conceptos, por norma general se aplican a mujeres y ahora bien, las preguntas que deberíamos hacernos son: ¿Somos realmente conscientes del efecto que tienen en la economía? y lo más importante ¿ Se pueden erradicar en pos de una sociedad justa y equitativa?
En relación a la primera pregunta y sin saber mucho de economía me atrevería a decir que el impacto que tienen las tareas que realizan las mujeres fuera de su horario laboral es enorme y su cese repercutiría de forma inmediata en la economía del país. Por último, me gustaría creer que estamos en el camino correcto (aunque quede mucho por andar) para el establecimiento de una sociedad feminista.
Hola Víctor, gracias por tu intervención. No todos los conceptos que mencionas (“techo de cristal, carga mental, equiparación salarial o trabajo no remunerado”) tienen relación con la discusión de este módulo. El concepto “techo de cristal” se usa para hacer referencia a las prácticas ocultas que impiden que las mujeres ocupen los cargos más altos ya sea en los gobiernos o en las empresas. No estoy segura de que el feminismo hable de “carga mental”, me gustaría conocer un poco más en qué contexto se hace referencia a este concepto.
Buenas tardes,
Interesante debate el que se deriva de este tema. El módulo me parece un fiel reflejo de la realidad: Hablamos de un trabajo invisibilizado no remunerado que realizan las mujeres y que aporta unos beneficios que sustentan al sistema económico capitalista. Estos costes económicos favorables al sistema se traducen en costes que desvalorizan a todos los niveles a mujeres. Una de las esferas de la vida en la que mayor se refleja este sistema económico patriarcal es en la salud emocional de las mujeres: baja autoestima que se desemboca en la mayoría de los casos en trastornos depresivos o de ansiedad que llevan a la mujer a la necesidad de buscar soluciones a ese malestar. Cuando ocurre esto y la mujer “no responde” a lo que “se espera de ella” se convierte en una “mala madre” o “mala mujer” siendo estigmatizada y rechazada por la sociedad.
Como bien menciona Cristina Carrasco en el video, el sistema de económico es capitalista y patriarcal y esto es muy importante tenerlo en cuenta para comprender la realidad económica en la que viven las mujeres, ya que aún se escuchan auténticas barbaridades por parte de muchas personas (hombres y mujeres) cuando una mujer consigue acceder a una posición económica superior.
Haces referencia a algunas dimensiones que se derivan muy probablemente de esa doble exigencia que recae hoy sobre las mujeres: ser productiva y ser madre. En todo caso, te invito a reflexionar más en torno a lo que se sugirió para este foro.
La economía convencional, se basa en el mercado, y todo lo que no pasa por ahí no se visibiliza, ni el rol del trabajo del cuidado, ni la naturaleza y su explotación, como se apunta también desde el ecofeminismo. Pero que no se visibilice no quiere decir que no sea intrínsecamente necesario para el capitalismo este trabajo de los cuidados y esta explotación ambiental. Un extractivismo que se puede ver en el tiempo de las mujeres (sobre todo de las mujeres migradas, racializadas y empobrecidas) y de la propia naturaleza.
En ese sentido, tanto desde la Economía Política Feminista, como desde los ecofeminismos se apunta al conflicto capital-vida.
El capitalismo necesita crecimiento económico, pero no de una economía que se mida por el bienestar, el cuidado de la vida o la satisfacción de las necesidades individuales y colectivas, sino un crecimiento en términos de Producto Interior Bruto, de mercantilización, financiarización…
Necesitamos cambiar nuestra mirada para ver y valorar todas las labores de cuidado, no dejarnos engañar por reclamos publicitarios de autocuidado consumista, para no caer en formas de cuidarnos que llevan implícito la complicidad con otros ejes de opresión sobre otras mujeres… Me encanta la expresión que le he escuchado a algunas mujeres latinoamericanas, del “sospechómetro”… yo estoy últimamente muy sensible con este tema, con dejarnos engañar y “cuidarnos” entrando en el mercado y/o siendo cómplices de que otras mujeres no puedan cuidarse.
Me gusta los énfasis de tu exposición, creo que recuperas los aspectos centrales.
La economía feminista busca transformar la desigualdad de género entre hombres y mujeres a partir del análisis económico y de género. Está claro que el tema de los cuidados supone un problema de naturaleza económica tal y como está planteado, es un trabajo no remunerado que se realiza en el hogar y en la mayoría de los casos a manos de mujeres, impidiendo que ellas puedan participar en los mercados de trabajo y desarrollarse como personas.
La economía feminista contribuye y está dejando ver estos aspectos, que durante décadas han sido invisibles, y pone encima de la mesa su tratamiento y pronta solución. Porque en esta situación de precariedad, este trabajo de cuidados no deja de ser un pilar fundamental, que además de sustentar las necesidades humanas básicas, también mantiene el trabajo remunerado, por lo tanto, es necesario entender la importancia que tiene para la economía, darle el lugar que merece y encontrar un equilibrio, en todos los sentidos, que acabe con las desigualdades.
Así es Mónica, has puesto en tus palabras los aspectos centrales del rol del trabajo del cuidado.