• Luz Piedad Caicedo

    Miembro
    10 de mayo de 2022 a las 4:39 am

    Jeje, las cafeterías son lo máximo. Gracias por el enlace. Das en el clavo cuando mencionas cómo, cuando el trabajo del cuidado es remunerado, lo suelen hacer mujeres pobres, marginadas, migrantes que no pueden ingresar al mercado del trabajo haciendo otras labores. Ese aspecto ha sido discutido mucho por las feministas y algunas se niegan a contratar a alguna mujer para que les haga el trabajo doméstico y prefieren hacerlo ellas mismas. Vale la pena leer al respecto a Silvia Federici, además de “Calibán y la bruja”, te recomiendo “Revolución en punto cero. Trabajo doméstico, reproducción y luchas feministas” que puedes descargar de: https://traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Revolucion%20en%20punto%20cero-TdS.pdf